martes, 27 de noviembre de 2007

Constant Sorrow (tengo el blues)

Se me cruza el blues por el camino una y otra vez y me pasa como con el jazz. Me gusta, me llama la atención, pero se me escapa. Lo escucho mucho durante una temporada y luego adiós, se me pasan las ganas hasta el siguiente achuchón. Esta vez, uno de los detonantes ha sido O brother (where art thou), de los hermanos Cohen. Aparte de ser divertida, tiene una banda sonora bastante aceptable (digo bastante porque hay un par de cortes que están fuera de mi alcance) y pretende ser comprometida tocando (aunque muy superficialmente) temas raciales. Y luego, para frikis, están las referencias. Uno de los personajes homenajea descaradamente a Robert Johnson, bluesman que vendió su alma al diablo en un cruce de caminos a cambio de treinta canciones. Se le considera el primer gran bluesman, por delante (más viejo) que John Lee Hocker, B.B. King o cualquier otro que se quiera pensar. Para redondear la anécdota, se dice (quien quiera, que se entere de si es cierto o no), que de las treinta canciones de Johnson, solo se conservan veintinueve, lo que añade magia a la leyenda. Y, oh alegría gozosa, he descubierto que no es el único guiño. El ciego que graba la canción de los "Soggy Bottom Boys" (los traseros mojados) resulta ser otro homenaje, esta vez a uno de los posibles autores de la canción que los Soggy Bottoms interpretan (que resulta que tampoco está claro quién compuso). De las varias versiones de la canción que hay en la peícula, me gusta especialmente ésta por la fuerza de la guitarra:



En otras versiones, más divertidas, tiene un aire medio folk, medio country (a ver si va a tener razón Miguel) que tampoco está nada mal. Y en una de las secuencias, ver bailar a George Clonney (y sus Soggy Bottom Boys) no tiene desperdicio.


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