viernes, 17 de agosto de 2007

Tráfico

La Dirección General de Tráfico (DGT) se va a gastar un pasta en helicópteros para tenernos más vigilados. Ya nos colaron el carnet por puntos, con el que tantos que no respetan los límites de velocidad dicen estar de acuerdo, y que los medios de comunicación airean cada puente en que se reduce el número de muertos con respecto al año anterior y silencian cuando, como el pasado fin de semana, los muertos aumentan. También anunciaron a principios de verano la presencia de un montón de nuevos radares en las carreteras. En autovías y autopistas, principalmente. Curiosa elección teniendo en cuenta que la mayoría de los accidentes mortales tienen lugar en vías de doble sentido. Por afán recaudatorio no lo harán, pero desde luego lo parece. Por no hablar del mal estado de muchísimas carreteras, causa también de muchas muertes que se podrían evitar mejorando el firme, actualizando la señalización y revisando las barreras de contención.

Y aquí empieza el jolgorio, porque, salvo que me equivoque, la gestión de las carreteras no depende de Tráfico, sino, según los casos, del Ministerio de Fomento o las respectivas juntas, diputaciones y ayuntamientos de cada comunidad, provincia y localidad. Y aquí es donde el maremagnum de burocracia no está al servicio del ciudadano. Ejemplo sangrante es el socavón que durante meses adornaba (e interrumpía) el tráfico de la Av. de Galicia porque no estaba claro si debía pagar el arreglo la Diputación o el Ayuntamiento. Ridículo, porque el dinero, en último término, sale del mismo sitio. Sí, entiendo que es necesario un sistema de gestión, entiendo que cada organismo tiene su presupuesto y sus competencias, y entiendo que no pueden intervenir en competencias de otros. Pero no entiendo que el ciudadano de a pie tenga que soportar según que cosas (sobre todo considerando que las pérdidas que ha originado son mayores que el coste de la reparación). Y ojito al "multibache", que amenaza con convertirse en otro socavón desde hace meses, a la misma puerta de la estación de trenes. Así, para dar la bienvenida a los viajeros.

Viene la pataleta a propósito de un viaje relámpago e inesperado a Losilla (cerca del embalse del Ricobayo). En este trayecto, sobre todo en su última parte, decir que la carretera está en un estado lamentable es ser muy, muy generoso. Increíble.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Efectivamente, las competencias son las competencias. Y que cada cual se preocupe de lo que tiene. Pero ahí está el problema, preocuparse de lo que tiene.

Hace unas fechas en nuestra querida "La Opinión" salió una noticia dando a conocer los numerosos baches que había en nuestra ciudad. Pues bien, comentaban que se iba a trabajar en repararlos todos. De eso fue hace mucho tiempo y como ya pensé en su momento me pareció una noticia típica veraniega. Pues bien, a día de hoy la única novedad que he visto ha sido que la alcantarilla del inicio de CAndelaria Ruiz del Árbol junto a Cardenal Cisneros ha sido sepultada bajo una capa asfáltica. Increíblemente útil. El resto me parece que siguen igual.

Y sí, estamos en agosto, pero cuando empiece el nuevo curso tengo la impresión de que estos baches seguirán igual. ¿Por qué? Porque a nuestros políticos sólo les interesan sus cosas y los temas viales sólo interesan en tiempo de campaña electoral.

En fin...