Muy bien y muy raro me ha parecido eso de que un empresario italiano se bajara el sueldo a mil euros al mes para comprobar cómo viven sus trabajadores. El resultado es que no llegó al día veinte a pesar de contar con otros mil euros de su esposa, trabajadora de la misma empresa. Y los más raro de todo es que, tras la experiencia, haya decidido subir 200 euros el sueldo de todos los trabajadores.
Me sorprende y me parece muy bien, y me gustaría leer pronto que la jugada le ha salido bien y que tanto la productividad como los beneficios de su empresa han aumentado, a ver si cunde en ejemplo. Me temo, sin embargo, que el ejemplo no cundirá. ¿No atenta esto contra el principio empresarial básico de maximizar los beneficios y minimizar los gastos? ¿Por qué pagar más cuando hay gente dispuesta a hacer lo mismo por menos? Si el mercado laboral es precisamente eso, un mercado, es porque se rige por la ley de la oferta y la demanda, que explica como, habiendo más trabajadores que trabajos, los sueldos no suben y las condiciones no mejoran. Sí, visto lo visto en el mundo, el capitalismo parece, hasta ahora, el mejor de los sistemas, pero no deja de sorprender la decisión del italiano que decidió tratar a sus empleados como personas y no como "recursos humanos".
Desde otro punto de vista, según un documental de Redes, "Factores externos de la felicidad", la felicidad de un trabajador cuando mejora su salario se multiplica por tres cuando el aumento lo recibe solo él. Con lo que no estoy de acuerdo, por mucho que se empeñe Punset, es con su sopresa al constatar que, frente al dilema a) cobrar 50 mientras los demás cobran 25 o b) cobrar 100 mientras los demás cobran 200, la mayoría de los encuestados prefirieran cobrar menos en total, pero más en una posición relativa. Fijando únicamente el dinero como criterio, yo también preferiría cobrar más que la mayoría aunque el total fuera menor. Mi poder adquisitivo, simplemente, sería mayor. Me sorprende que o yo lo haya entendido todo mal o que los guionistas de Redes no cayeran en semejante obviedad.
Me sorprende y me parece muy bien, y me gustaría leer pronto que la jugada le ha salido bien y que tanto la productividad como los beneficios de su empresa han aumentado, a ver si cunde en ejemplo. Me temo, sin embargo, que el ejemplo no cundirá. ¿No atenta esto contra el principio empresarial básico de maximizar los beneficios y minimizar los gastos? ¿Por qué pagar más cuando hay gente dispuesta a hacer lo mismo por menos? Si el mercado laboral es precisamente eso, un mercado, es porque se rige por la ley de la oferta y la demanda, que explica como, habiendo más trabajadores que trabajos, los sueldos no suben y las condiciones no mejoran. Sí, visto lo visto en el mundo, el capitalismo parece, hasta ahora, el mejor de los sistemas, pero no deja de sorprender la decisión del italiano que decidió tratar a sus empleados como personas y no como "recursos humanos".
Desde otro punto de vista, según un documental de Redes, "Factores externos de la felicidad", la felicidad de un trabajador cuando mejora su salario se multiplica por tres cuando el aumento lo recibe solo él. Con lo que no estoy de acuerdo, por mucho que se empeñe Punset, es con su sopresa al constatar que, frente al dilema a) cobrar 50 mientras los demás cobran 25 o b) cobrar 100 mientras los demás cobran 200, la mayoría de los encuestados prefirieran cobrar menos en total, pero más en una posición relativa. Fijando únicamente el dinero como criterio, yo también preferiría cobrar más que la mayoría aunque el total fuera menor. Mi poder adquisitivo, simplemente, sería mayor. Me sorprende que o yo lo haya entendido todo mal o que los guionistas de Redes no cayeran en semejante obviedad.