Lucas 15 narra la parábola de la oveja descarriada (o del hijo pródigo, como se quiera). Pues le pega a Xel Pereda y Nacho Vegas haber elegido este nombre, para qué decir que no (el malditismo es lo que tiene, que hay que ser constante). Y pongo primero a Xel Pereda porque la idea de este proyecto es suya. Consiste en recuperar el cancionero tradicional (asturiano, en este caso) y actualizarlo hacia los patrones del pop-rock actuales. Más o menos lo que los sajones llevan haciendo toda la vida con el blues, el country y el folk, pero a la española. Lo mismo que hicieron Los Planetas en su último disco o Lagartija Nick en su momento con el flamenco. Mirar lo que tenemos en casa sin complejos (y que viva el bolero de algodre)
La buena noticia es que estarán en Zamora, en el Museo Etnográfico, el 13 de marzo. No vi la gira con Christina Rosenvinge (y mira que casi voy a Valladolid), pero es que el disco no me hizo mucha gracia. La verdad es que han sido dos movimientos raros de Nacho. Con Bunbury, pues está claro que a ambos le servía para abrir puertas (más a Nacho que a Bunbury, supongo). En ese disco, Nacho me encantó tanto como Bunbury me decepcionó. La colaboración con Cristina la entiendo menos. A no ser que ella lo que busce sea que los españoles le hagamos un poco de caso, porque por muchas colaboraciones que haga con Lee Ranaldo (de ni más ni menos que Sonic Youth), me da la impresión de que por aquí no acaba de despegar. Las razones de Nacho las veo menos claras (las comerciales al menos, porque en estos casos siempre alguien tiene que dar permiso para algo). Las razones personales, ni me van ni me vienen. Y ahora va y recupera un proyecto ya viejo de Xel Pereda (que lo ha acompañado en todos estos viajes) y nos traen canciones tradicionales de las de toda la vida. Y, con un par de escuchas, no está nada mal (ya solo el primer corte, "moces a bailar", que he dejado ahí encima, da muchas ganas de escuchar el resto. Como seguramente hable del concierto, dejo mi opinión para entonces, que estará más elaborada.
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