Los hay cabrones. Casi no había terminado el debate y ya estaba en la red este video (con música de Richard Clayderman):
Claro que a ver cuánto tardan en surgir chistes (si es que no los hay ya) sobre el kit del no votante con el que el PSOE nos ha buzoneado recientemente:
Por si en las imágenes no se ve bien, básicamente el panfleto anima a exponer nuestra opinión sobre una serie de temas (en los que es fácil estar de acuerdo, no van a preguntar sobre las autonomías por si acaso) y, a continuación, animan a recortar por la línea de puntos y a tirar a la basura. La intención, yo creo que clara, es animar a votar a los de izquierdas, más propensos a quedarse en la cama o irse el domingo al campo antes que a participar en la fiesta democrática. La idea no es mala, mucho mejor que el discursito de la niña, porque apela tanto al corazón como a la cabeza (curiosamente, eslogan del PP) e individualiza a cada receptor, otorgándole voz y voto. Lo malo es que, en la práctica, voto sí tenemos, pero voz no. Lo que pasa es que, vista la política, casi podría interpretarse como una metáfora del destino de nuestros votos y sus promesas electorales. Claro que, en lógica coherencia con lo escrito, lo que yo diga no importa, solo cuenta mi voto.
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Claro que a ver cuánto tardan en surgir chistes (si es que no los hay ya) sobre el kit del no votante con el que el PSOE nos ha buzoneado recientemente:
Por si en las imágenes no se ve bien, básicamente el panfleto anima a exponer nuestra opinión sobre una serie de temas (en los que es fácil estar de acuerdo, no van a preguntar sobre las autonomías por si acaso) y, a continuación, animan a recortar por la línea de puntos y a tirar a la basura. La intención, yo creo que clara, es animar a votar a los de izquierdas, más propensos a quedarse en la cama o irse el domingo al campo antes que a participar en la fiesta democrática. La idea no es mala, mucho mejor que el discursito de la niña, porque apela tanto al corazón como a la cabeza (curiosamente, eslogan del PP) e individualiza a cada receptor, otorgándole voz y voto. Lo malo es que, en la práctica, voto sí tenemos, pero voz no. Lo que pasa es que, vista la política, casi podría interpretarse como una metáfora del destino de nuestros votos y sus promesas electorales. Claro que, en lógica coherencia con lo escrito, lo que yo diga no importa, solo cuenta mi voto.
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1 comentario:
NO VOTAR ES SER MUY CONSCIENTE DE TUS IDEAS. Me están tocando mucho los "esos", unos y otros. Pero el voto flotante es muy importante, ¡toma ya!, en consonante. Y cómo temen que se les escape. Yo, aún no sé si voy a flotar o a votar. Ya veré. ¿Pero acaso no ir a votar te prohibe opinar? Venga ya. El "no voto" consciente, se engloba en otro tipo de voto que tendría que hacer pensar a los políticos en una mayor autocrítica.
Bah, me cansa esto.
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