Hace tiempo, en conversaciones tecnológicas, fantaseábamos sobre la evolución de la tele un futuro próximo. Sería, pensábamos, un aparato que concentraba las necesidades multimedia de cualquier hogar moderno: televisión, internet, juegos, música y video. Hace no mucho me enteré de que esa tele, lo que es la tele, más o menos ya ha llegado. Pagando, claro, se puede seleccionar entre una amplia muy amplia oferta de canales; lo que se quiera, cuando se quiera, como se quiera. Un ejemplo es Ojo, de Ono, que es la que conozco porque es la que me toca, pero supongo que todos los proveedores ofrecerán más o menos lo mismo. Pero por una parte, hasta ahora no se han conseguido integrar internet, música y juegos, y, por otra, no sé hasta qué punto puede tener éxito. Yo no utilizo demasiado este servicio, en parte porque me parece caro, en parte porque internet me proporciona una oferta aún más amplia a mejor precio. Y tengo la sensación de que la mayoría de los clientes nos conformamos con la oferta estárdar del cable.
Y ahí quería yo llegar. No sé qué puede significar, en términos "sociales", el próximo apagón televisivo y el advenimiento gozoso y definitivo de la televisión digital. Para mí, la televisión por cable ha modificado bastante mis "hábitos de consumo". Antes, nada. Ahora (tengo la sensación de que confesar esto es como afirmar que se ve La 2), veo mucho Discovery Channel, Canal Historia y Odissea. Cuando digo que "veo mucho" quiero decir una hora al día mientras hago otras cosas (como escribir esto ahora mismo). La verdad es que en estos canales hay programas muy interesantes. Tengo especial devoción (no es que los siga con horario, pero me alegro si enciendo la tele y coincido con ellos) por Así se hace de Discovery Channel, y por unos pequeños "cortos" que proporcionan, en cinco minutos, información clave para la comprensión de un personaje histórico de cualquier época. En Así se hace, evidentemene, enseñan el proceso de elaboración de los objetos más variopintos: desde calcetines hasta cerraduras para hoteles (de las de la tarjetita), pasando por muelles, placas solares o ketchup. Lo que pasa, y eso sí que sería un cambio positivo, es que estos programas no van a llegar de manera gratuita. Y estoy seguro de que con lo que se paga a cualquier "mesa tertuliana" hoy en día se podrían pagar varios episodios de programas de este tipo. Puedo estar equivocado respecto a los precios, pero si no, volvemos a lo de siempre, ¿no se ven porque no se emiten o no se emiten porque no se ven?
Para decirlo todo, también suelo ver Noche H y House, películas, conciertos y algún documental que me proporciona la red. Y poco más. ¿En total? Unas 15 horas a la semana, que resulta que al final es más de lo que yo pensaba. Ojo, que tampoco digo que sea malo.
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1 comentario:
te acurdas de aquella noche fátiduca en USA en la que vomité un millón de veces???pues así una noche y un día yo sola en sori....horroroso....casi me muero de enfermedad y desvalía...
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