Estuvimos hablando estas navidades, a propósito de las videocríticas de Loquendo al fotolog y al messenger, de los usos y utilidades de las redes sociales virtuales. El video de Loquendo es demasiado agresivo para mi humor, pero no se aleja demasiado de la opinión que tengo sobre estos inventos. O sí. En realidad no es, ni mucho menos, tan negativa; solo pienso que su alcance se ha reducido paulatinamente a medida que se masificaban y banalizaban. Pongo un ejemplo: Artic Monkeys supuestamente llenaron salas y salas hasta conseguir un contrato discográfico con una major gracias a Myspace. Hoy en día, sería muy difícil que se repitiera algo así porque la popularidad de estas redes ha crecido tanto que es imposible centrar la antención en ninguna parte.
Hoy en día, estas redes (sobre todo Myspace y Fotolog) se han convertido en pequeñas cafeterías virtuales donde en el mejor de los casos se charla con los amigos o, en los peores, se repiten comentarios vacios. Simplificando: aunque su alcance sea global, su repercusión es (salvo muy pocas excepciones) más bien local. Curiosamente, Ricardo dedicaba hace poco una entrada a este mismo tema, mencionando también Facebook, la, según algunos, última sensación de la Web 2.0 (a saber qué es eso) y haciendo una valoración, si no coincidente, al menos no opuesta. Y a quien me diga en que Myspace muchos grupos cuelgan su música, le contestaré que sí, pero que también lo hacen en su página web, por lo que las supuestas ventajas no son tantas (además, los videos acaban siempre en youtube). Los blogs los veo algo mejor, no solo porque tengo uno, sino porque, entre mucha purrela (que también la hay), hay muchos que merecen la pena. Es decir, suele encontrarse cierta (o mucha) elaboración con mucha más frecuencia que en Myspace o Fotolog. Tampoco niego que supongan una revolución social (que la suponen, a ver quién lo niega cuando hasta los políticos andan ahí metidos), pero para relacionarme en la realidad virtual, prefiero los foros y las comunidades.
Hoy en día, estas redes (sobre todo Myspace y Fotolog) se han convertido en pequeñas cafeterías virtuales donde en el mejor de los casos se charla con los amigos o, en los peores, se repiten comentarios vacios. Simplificando: aunque su alcance sea global, su repercusión es (salvo muy pocas excepciones) más bien local. Curiosamente, Ricardo dedicaba hace poco una entrada a este mismo tema, mencionando también Facebook, la, según algunos, última sensación de la Web 2.0 (a saber qué es eso) y haciendo una valoración, si no coincidente, al menos no opuesta. Y a quien me diga en que Myspace muchos grupos cuelgan su música, le contestaré que sí, pero que también lo hacen en su página web, por lo que las supuestas ventajas no son tantas (además, los videos acaban siempre en youtube). Los blogs los veo algo mejor, no solo porque tengo uno, sino porque, entre mucha purrela (que también la hay), hay muchos que merecen la pena. Es decir, suele encontrarse cierta (o mucha) elaboración con mucha más frecuencia que en Myspace o Fotolog. Tampoco niego que supongan una revolución social (que la suponen, a ver quién lo niega cuando hasta los políticos andan ahí metidos), pero para relacionarme en la realidad virtual, prefiero los foros y las comunidades.
(¿continuará?)
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