martes, 4 de diciembre de 2007

Informe PISA

Se publica el informe PISA (ése que mide las competencias de los escolares de medio mundo) y España vuelve a salir malparada: Hemos empeorado un poquito en matemáticas, mucho en comprensión lectora y nos quedamos como estábamos en ciencias. En relación al resto del mundo, pues tampoco somos precisamente una potencia mundial en materia educativa. Qué le vamos a hacer.

Sin embargo, me explicó quien sabe más que yo del asunto, el examen lo diseñan sajones, cuyos países poseen sistemas educativos diferentes a los latinos, por lo que tampoco es tan de extrañar que, jugando fuera de casa, el resultado de los españoles no sea para tirar cohetes. Como alegato defensivo no está mal, pero los surcoreanos tampoco son muy sajones y quedan de los primeros, luego algo falla en nuestro sistema educativo. El País apunta indirectamente al profesorado, explicando que, en los países con mejores resultados, los profesores son elegidos entre la crème de la crème de las facultades. También recuerda cómo en otros países (con mejores resultados que el nuestro) los profesores son seguidos por un tutor que perfecciona su "técnica docente". Pues sí, a mejores profesores, mejores resultados, de eso no hay duda; y mi experiencia made in usa me dice que sí, que si a los profesores un especialista en pedagogía les hiciera un seguimiento de sus clases (no con afán punitivo, sino de mejora), la cosa mejoraría bastante.

El problema es que en la educación pública española es prácticamente imposible que suceda algo así (profesores grabados en video para analizar sus clases, cursos metodológicos etc.) porque más de uno (y más de un sindicato) pondrían el grito en el cielo escudándose en una muy mal entendida libertad de cátedra. Por otra parte, la figura del inspector en nuestro sistema educativo es percibida como la de un señor que viene a revisar papeles y a echar broncas. Y por ese camino, educativamente, se mejora poco. Por otra parte, los cursos de formación que ofrecen los CFIE's (Centros de Formación e Innovación Educativa) son vistos (y más o menos es lo que son) como un mal necesario para acumular los puntos que permitan cobrar trienios.

Otro pequeño problema, con respecto a la comprensión lectora, viene dado por los contenidos diseñados por el MEC y las Comunidades Autónomas. A leer se aprende leyendo, y no hay nada que aleje más de la lectura a un chaval de catorce años que la enumeración de una (muy verosímil) lista de lecturas obligatorias de 3º de la ESO: Cantar de Mío Cid, Milagros de Nuestra Señora, Coplas de Manrique, una selección de poemas de Góngora y, vamos a poner, unos capítulos del Quijote. Que gran parte de la nota de la selectividad (hoy conocida como PAU (Prueba de Acceso a la Universidad) se otorgue a la capacidad de analizar sintácticamente oraciones casi infinitas tampoco ayuda mucho, porque, inevitablemente, los profesores van a tender, sobre todo en Bachillerato, a preparar a los alumnos para dicha prueba, en detrimento de otros "conceptos, procedimientos y recursos" más prácticos, pero menos evaluables. Afortunadamente, las pruebas de acceso a la Universidad se van alejando poco a poco de la sintaxis (empezando a exigir análisis razonables), y las listas de lecturas obligatorias se van adecuando a los gustos adolescentes. Sin duda, mucho mejor, y tan didáctico como El Cid, resulta, por ejemplo, Finis Mundi, que suele gustar bastante, fomenta la lectura y da pie a interesantes discusiones sobre la literatura de la Edad Media.

Por supuesto, todo lo escrito es matizable, criticable y "profundizable", pero ni soy quién, ni pretendo escribir un libro. Y la culpa la tiene el informe PISA.

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2 comentarios:

Teresa dijo...

Ricardo y tú me quitais los temaas....yo iba a escribir sobre esto, no en vano llevo tooodo el trimestre quejándome de que los alumnos ya no saben leer ni escribir, y no sé por qué.....

^^

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con lo que dices. El tema es tan complejo que puede verse desde muchos puntos de vista. El problema viene cuando se quiere simplificar, generalmente para echarse la culpa unos a otros. Creo que se debem analizar todos los factores e intentar buscar una solución, no ya fijándose en los sistemas educativos de otros países (posiblemente inaplicables aquí), sino detectando los puntos débiles y haciendo estudios periódicos a nivel nacional para comprobar su eficacia.
Saludos.